Hoy mis queridos amigos Israel y Sara me contaron que ayer les dieron la noticia sobre el sexo del bebé que Sara lleva dentro: Será varón. Cuando me lo dijeron, la verdad me alegré porque hace algunas semanas él me había contado sus deseos de tener ya un hijo varón. Danka es la primogénita de estos amigos míos por lo que no lo normal es pensar: “Que bacán, ahora ya van a tener su parejita”.
En similar situación están mis amigos Kike Guillén y su esposa Julia. Hace poco le hicieron una ecografía a Julita (desde luego) y le informaron que tendrán una mujercita, a quien llamarán Lisbeth y hará parejita con mi sobrino de cariño Esteban.
Las veces que me han preguntado sobre cuántos hijos tengo, y he contestado que tengo un varoncito y una mujercita, la mayoría de veces me han dicho que tengo mucha suerte porque ya tengo mi parejita, y “allí nomás quédate si ya tienes tu parejita”.
Tener la parejita al parecer es lo ideal en las familias limeñas del siglo 21 (no se de realidades en otras ciudades). Hoy en día las familias estiman tener cuando más un par de hijos, ya no es muy común que tus amigos tengan tres hijos, o que alguno ya se vaya por el cuarto, y si es así “compadre ya hazte un nudo” o “cómprate un televisor”, con “lo difícil que está la vida” y “lo bravo que es educar a uno y tu te mandas con tres”.
Creo que años atrás, antes que pensar en tener la parejita las parejas pensaban más en tener cuando menos un hijo de cada género, y esto les han llevado a “buscar” el varoncito o la mujercita según sea el caso. Aquí les cuento algunos casos que se me vienen a la mente...
Pienso de inmediato mis querido “tíos” Giovanni Queirolo y su amada esposa Norma. Ellos tuvieron a Giuliano (Canito para los amigos, hoy padre de tres bellos hijos), y luego tuvieron a los gemelos Giannino y Giuseppe, contemporáneos míos y compañeros de carpeta en el Colegio San Antonio del Callao. Recuerdo que tanto el tío Giovanni como la tía Norma “se apropiaron” de una linda sobrina suya, y veían en ella a la hijita que siempre quisieron tener. El nombre de ella era Kiara. Pues resulta que cuando los gemelos tenían unos 16 años, la sorpresa del año fue el embarazo de tía Norma. Todos querían que tenga “su mujercita”, y en épocas en que las ecografías no eran nada seguras en cuanto a anunciar el sexo del feto, la expectativa se mantuvo hasta el final. Nació Giancarlo y murieron los sueños de mis queridos tíos de tener “su mujercita”. Hoy gozan de dos bellas nietas, una de Giuliano y una de Giuseppe.
También puedo recordar a unos hermanos de mi iglesia a quienes también tengo un cariño especial. Angel Motta y su esposa Gladis Luque. Ellos tuvieron primero a Karen, luego llegó Paola (o sea no tuvieron “la parejita”), siguieron intentando para que llegue el varón y llegó Fiorella. Yo hubiera tirado la toalla allí, pero Angelito no. Por eso llegó Cesia y ya eran cinco mujeres contra un hombre en la casa de los Motta Luque. Pero ellos querían el varón, aquel que iba a conseguir que el apellido Motta siga una generación más, y se animaron por el quinto hijo. Y ¿Qué creen? Así es, nació Samuel. El día que nació Samuel fue de película. Toda una celebración en casa de los Motta. Lo tengo claro en mi mente aún cuando Samuel ya tiene 17 años.
Sin ir muy lejos, mis progenitores tuvieron cuatro hijos porque quisieron tener una mujercita. Es decir, si en su tercer intento la hubieran tenido, en estos momentos ustedes estarían leyendo cualquier blog menos El Rincón del Tavo. Mi mami cuenta que cuando se enteró que yo había nacido varón, aún en su momento post parto entristeció porque la mujercita no había llegado. Recién en el cuarto intento llegó mi querida hermana Leslie.
También tengo amigos que habiendo tenido la oportunidad de quedarse con la parejita, tuvieron un tercer hijo. Normalmente uno dice “fue un autogol” ¿no?, pensando que lo ideal es tener un varón y una mujer. Allí esta mi gran amigo Frank La Chira, que teniendo a Frank Joel y a Betsy tuvieron a Estephany. O a mis amigos Fernando y Cecilia Orúe, que tuvieron a Diana y a José, y luego llegó Josué (ese si fue autogol por confesión expresa de Cecilia).
Luego está el caso de los que no se aventuraron en la búsqueda del segundo género. Mi hermano del alma Lorenzo Gómez y su esposa Angie Leuridan se quedaron con Jose Luis y Jose Antonio. Norman y Patricia Arce tuvieron a Christopher y a Joao y allí se “plantaron”. Unos hermanos de mi iglesia, los esposos Barreto Alvarez tuvieron a Abigail, y sus gemelas Cinthya y Claudia, y no fueron por más. Otros “tios” muy queridos Cesar y Gloria Quintana tuvieron tres mujercitas (la tercera fue buscando el varón) y allí se quedaron.
Pero en virtud de la parejita, muchos se han quedado allí, con dos hijos. En mi caso, algunos saben que yo quisiera tener un bebe más en el futuro, pero consejos médicos no recomiendan un tercer embarazo en Angélica luego de dos partos que no llegaron a los nueve meses por problemas de preeclampsia. Pero igual los amigos siempre dicen, “ya tienes tu parejita, quédate allí nomás”.
Al hablar de la parejita más se piensa en los padres. Creo que los primogénitos en la mayoría de casos preferirían tener un hermano del mismo sexo con quien podrían compartir más juegos en común. En mi niñez y adolescencia fui más pegado a mi hermano Miguel que a mi hermana Leslie. Y eso que en cuestión de tiempo soy prácticamente punto medio entre ellos.
Dos hombres, dos mujeres, una parejita, cuando menos uno de cada género, en fin. Los hijos los envía Dios de la forma en que El quiere. No por algo dice la Escritura, “herencia de Jehová son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre”.
Hasta la próxima.
En similar situación están mis amigos Kike Guillén y su esposa Julia. Hace poco le hicieron una ecografía a Julita (desde luego) y le informaron que tendrán una mujercita, a quien llamarán Lisbeth y hará parejita con mi sobrino de cariño Esteban.
Las veces que me han preguntado sobre cuántos hijos tengo, y he contestado que tengo un varoncito y una mujercita, la mayoría de veces me han dicho que tengo mucha suerte porque ya tengo mi parejita, y “allí nomás quédate si ya tienes tu parejita”.
Tener la parejita al parecer es lo ideal en las familias limeñas del siglo 21 (no se de realidades en otras ciudades). Hoy en día las familias estiman tener cuando más un par de hijos, ya no es muy común que tus amigos tengan tres hijos, o que alguno ya se vaya por el cuarto, y si es así “compadre ya hazte un nudo” o “cómprate un televisor”, con “lo difícil que está la vida” y “lo bravo que es educar a uno y tu te mandas con tres”.
Creo que años atrás, antes que pensar en tener la parejita las parejas pensaban más en tener cuando menos un hijo de cada género, y esto les han llevado a “buscar” el varoncito o la mujercita según sea el caso. Aquí les cuento algunos casos que se me vienen a la mente...
Pienso de inmediato mis querido “tíos” Giovanni Queirolo y su amada esposa Norma. Ellos tuvieron a Giuliano (Canito para los amigos, hoy padre de tres bellos hijos), y luego tuvieron a los gemelos Giannino y Giuseppe, contemporáneos míos y compañeros de carpeta en el Colegio San Antonio del Callao. Recuerdo que tanto el tío Giovanni como la tía Norma “se apropiaron” de una linda sobrina suya, y veían en ella a la hijita que siempre quisieron tener. El nombre de ella era Kiara. Pues resulta que cuando los gemelos tenían unos 16 años, la sorpresa del año fue el embarazo de tía Norma. Todos querían que tenga “su mujercita”, y en épocas en que las ecografías no eran nada seguras en cuanto a anunciar el sexo del feto, la expectativa se mantuvo hasta el final. Nació Giancarlo y murieron los sueños de mis queridos tíos de tener “su mujercita”. Hoy gozan de dos bellas nietas, una de Giuliano y una de Giuseppe.
También puedo recordar a unos hermanos de mi iglesia a quienes también tengo un cariño especial. Angel Motta y su esposa Gladis Luque. Ellos tuvieron primero a Karen, luego llegó Paola (o sea no tuvieron “la parejita”), siguieron intentando para que llegue el varón y llegó Fiorella. Yo hubiera tirado la toalla allí, pero Angelito no. Por eso llegó Cesia y ya eran cinco mujeres contra un hombre en la casa de los Motta Luque. Pero ellos querían el varón, aquel que iba a conseguir que el apellido Motta siga una generación más, y se animaron por el quinto hijo. Y ¿Qué creen? Así es, nació Samuel. El día que nació Samuel fue de película. Toda una celebración en casa de los Motta. Lo tengo claro en mi mente aún cuando Samuel ya tiene 17 años.
Sin ir muy lejos, mis progenitores tuvieron cuatro hijos porque quisieron tener una mujercita. Es decir, si en su tercer intento la hubieran tenido, en estos momentos ustedes estarían leyendo cualquier blog menos El Rincón del Tavo. Mi mami cuenta que cuando se enteró que yo había nacido varón, aún en su momento post parto entristeció porque la mujercita no había llegado. Recién en el cuarto intento llegó mi querida hermana Leslie.
También tengo amigos que habiendo tenido la oportunidad de quedarse con la parejita, tuvieron un tercer hijo. Normalmente uno dice “fue un autogol” ¿no?, pensando que lo ideal es tener un varón y una mujer. Allí esta mi gran amigo Frank La Chira, que teniendo a Frank Joel y a Betsy tuvieron a Estephany. O a mis amigos Fernando y Cecilia Orúe, que tuvieron a Diana y a José, y luego llegó Josué (ese si fue autogol por confesión expresa de Cecilia).
Luego está el caso de los que no se aventuraron en la búsqueda del segundo género. Mi hermano del alma Lorenzo Gómez y su esposa Angie Leuridan se quedaron con Jose Luis y Jose Antonio. Norman y Patricia Arce tuvieron a Christopher y a Joao y allí se “plantaron”. Unos hermanos de mi iglesia, los esposos Barreto Alvarez tuvieron a Abigail, y sus gemelas Cinthya y Claudia, y no fueron por más. Otros “tios” muy queridos Cesar y Gloria Quintana tuvieron tres mujercitas (la tercera fue buscando el varón) y allí se quedaron.
Pero en virtud de la parejita, muchos se han quedado allí, con dos hijos. En mi caso, algunos saben que yo quisiera tener un bebe más en el futuro, pero consejos médicos no recomiendan un tercer embarazo en Angélica luego de dos partos que no llegaron a los nueve meses por problemas de preeclampsia. Pero igual los amigos siempre dicen, “ya tienes tu parejita, quédate allí nomás”.
Al hablar de la parejita más se piensa en los padres. Creo que los primogénitos en la mayoría de casos preferirían tener un hermano del mismo sexo con quien podrían compartir más juegos en común. En mi niñez y adolescencia fui más pegado a mi hermano Miguel que a mi hermana Leslie. Y eso que en cuestión de tiempo soy prácticamente punto medio entre ellos.
Dos hombres, dos mujeres, una parejita, cuando menos uno de cada género, en fin. Los hijos los envía Dios de la forma en que El quiere. No por algo dice la Escritura, “herencia de Jehová son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre”.
Hasta la próxima.
2 comentarios:
Hola Gustavo,
Mucha suerte han de haber tenido mis padres (que en paz descancen), al heber tenido dos hombres y dos mujeres...
La historia de mi hermano Javier es distinta, pues él tñiene tres hijos Carlos Renato, Adrian Y Gabriel... él creo que si debe colgar la toalla ya que la situación no es buena.
Tengo unos tíos que tuvieron tres hijas y ahí se quedó, pero adoptó un perrito al que le puso por nombre Valentino (que ya murió)... hace poco su hija mayor acaba de traer al mundo una hija mujer, osea que mi tío sigue sin tener niño a quien engreir como suyo... lo malo de esto - por o menos para mí- es que ella con su esposo, con esto del avance de la ciencia - indujeron un poco a que el hijo que venga sea mujer, cosa que no comparto.
Interesante tema, nuevamente.
Carlos Martinez
Gracias por comentar Carlos. Y hazle llegar mis cariñosos saludos a Javier, Lupe y Maricruz.
Tavo
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