Hace dos semanas estuve en la siempre bella y acogedora ciudad de Cajamarca, ubicada en la sierra norte del Perú; ciudad que como siempre me recibió con sus bellos prados y sus hermosas calles andinas con encantadores paisajes de fondo. Fue inevitable que vuelvan a mi mente los meses que me tocaron vivir en esa ciudad allá por el año 1995. Y aunque esta vez no fue un paseo lo que me llevó a Cajamarca sino más bien un breve viaje de trabajo, tuve la oportunidad de visitar a un viejo y entrañable amigo mío llamado Elías Huamán. El es un misionero que radica varios años ya en Cajamarca y ejerce un pastorado en la Iglesia Filadelfia de esa ciudad. A pesar que llegué algo tarde al culto de oración pude oir parte de la exposición que Elías dio. Ese día tenían un invitado especial en su culto: el Pastor Frank Carmical.
Acabado el servicio tuvimos la oportunidad de disfrutar una agradable cena en la casa de Elías. Una buena parte de nuestra conversación fue sobre la forma en cómo hoy en día una gran la niñez de todo el mundo se echa a perder debido a un indolente falta de presencia de la figura paterna en el hogar.
Frank nos habló acerca de un hombre llamado Jonathan Edwards quien es conocido como uno de los principales misioneros para los nativo americanos del Siglo XVIII y como uno de los principales teólogos protestantes de la historia de los Estados Unidos, incluso llegó a se Presidente de la Universidad de Princenton. Muchos consideran que su principal obra fue el primer Gran Avivamiento de la Iglesia Protestante entre 1740 y 1742. Sus predicaciones y su legado histórico aún son estudiados en muchas escuelas teológicas e incluso en universidades en todo el mundo.
Sin embargo hubo algo que nos contó Frank sobre Jonathan Edwards que pude corroborarlo en Internet. Edwards se casó con una mujer de sólidos principios bíblicos llamada Sarah. Ambos tuvieron once hijos a quienes él, personalmente, se encargó de discipular y transmitir toda su fe pues consideraba que su principal aporte a su nación era dejarle una generación de hombres que amaran a Dios y sirvieran de corazón limpio a la sociedad.
Un estudio investigó el árbol genealógico a partir de Jonathan y Sarah Edwards encontrando lo siguiente entre 729 descendientes:
400 cristianos de renombre
13 presidentes de universidades
65 profesores universitarios
100 abogados
32 jueces estatales
85 autores de libros clásicos
66 médicos
80 oficiales políticos
3 gobernantes estatales
3 senadores
1 Vicepresidente de los EEUU.
Es impresionante la influencia que tuvo Edwards sobre la vida de sus 11 hijos, quienes seguramente replicaron esa influencia en sus hijos y así de generación en generación. Edwards puso en práctica lo que dice en la Biblia: Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas. (Deuteronomio 6:5-9)
Creo que nosotros somos consecuencia de lo que pasó con nuestros antepasados directos, de nuestra propia herencia familiar; pero tenemos a la vez la oportunidad de hacer un punto de quiebre si es que hasta aquí la cosa no anduvo bien. Podemos superar nuestras debilidades para dar el mejor ejemplo a nuestros hijos y que ellos hagan lo mismo con los suyos.
Frank Carmical nos contaba que una anciana de su iglesia en los EEUU aporta económicamente para su labor como misionero en China. Esta anciana es una descendiente de Jonathan Edwards.
Me pregunto: ¿Fue el avivamiento del Siglo XVIII la principal obra de Jonathan Edwards? Creo que no. El principal legado de Edwards fueron muchos hombres y mujeres con principios sólidos producto de la fe de este hombre y la de su esposa Sarah.
Seamos una buena influencia para nuestros hijos. Lo que ellos ven… ellos hacen.
Les dejo este video que realmente es impactante. El mensaje final dice: "Children see: Children Do. Make your influence positive" (Los niños ven: Los niños hacen. Haz tu influencia positiva)
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