Hay situaciones de la vida que por un instante te hacen sentir el ser más feliz de la tierra. En un mundo que literalmente está de cabeza, Dios siempre tiene pequeños detalles para sus hijos y nos los da en los momentos menos esperados, en aquellos momentos en que sabemos que va a ser lo siguiente que nos ha de pasar como parte de la monotonía de nuestro día a día.
Hoy fue uno de esos momentos. Habíamos llegado a la puerta del colegio de Sebastián y lo que tocaba era bajar muy apurados del auto para dejarlo en buenas manos y volar a mi trabajo. Pero de pronto:
-“Vamos a orar papá”.
-Bueno hijo oremos, ¿quieres que ore yo?
-Yo primero papá.
-Bueno. Dale hijo
-Señor Jesús, te pido que ayudes a mi papito en su trabajo y que todo le vaya muy bien. En el nombre de Jesús. Amén. Ahora tu papito.
Estaba tan emocionado con la oración tan sencillita de mi hijo, que lo único que dije fue su misma oración:
-Señor Jesús, te pido que ayudes a mi hijo Sebastián en su colegio y que todo le vaya muy bien. En el nombre de Jesús. Amén.
Habíamos roto la rutina. Bueno, seré honesto, Sebastián rompió la rutina. Hizo de esta mañana una mañana muy feliz para mi, y fue motivo para no escuchar los titulares de RPP en la que robos, muertes, accidentes de tránsito, y otras malas noticias no hacen más que perturbarnos emocionalmente. Lo mejor fue venir cantando hacia el trabajo, en medio del caos y las calles rotas de nuestra congestionada ciudad.
Gracias Señor por esos pequeños detalles que tienes para conmigo. Pequeños detalles que me hacen saber que tú siempre estás allí. Te amo PAPA.
-“Vamos a orar papá”.
-Bueno hijo oremos, ¿quieres que ore yo?
-Yo primero papá.
-Bueno. Dale hijo
-Señor Jesús, te pido que ayudes a mi papito en su trabajo y que todo le vaya muy bien. En el nombre de Jesús. Amén. Ahora tu papito.
Estaba tan emocionado con la oración tan sencillita de mi hijo, que lo único que dije fue su misma oración:
-Señor Jesús, te pido que ayudes a mi hijo Sebastián en su colegio y que todo le vaya muy bien. En el nombre de Jesús. Amén.
Habíamos roto la rutina. Bueno, seré honesto, Sebastián rompió la rutina. Hizo de esta mañana una mañana muy feliz para mi, y fue motivo para no escuchar los titulares de RPP en la que robos, muertes, accidentes de tránsito, y otras malas noticias no hacen más que perturbarnos emocionalmente. Lo mejor fue venir cantando hacia el trabajo, en medio del caos y las calles rotas de nuestra congestionada ciudad.
Gracias Señor por esos pequeños detalles que tienes para conmigo. Pequeños detalles que me hacen saber que tú siempre estás allí. Te amo PAPA.
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