viernes, 2 de octubre de 2009

Los Consejos de Papá y Mamá


Hay un proverbio bíblico que dice: “En la abundancia de consejos está la victoria” (Prov.11:14), y una de las razones por las que me siento una persona muy bendecida y afortunada es porque en mi vida Dios puso dos consejeros de excepción: Papá y Mamá.

Mi papá, a quien con los años he aprendido y me he acostumbrado a llamarlo “viejo” con el cariño y respeto correspondiente, tuvo la generosidad de atiborrarme de un sinnúmero de consejos a lo largo de mi vida. Justo conversaba hoy con él y le mencionaba algunos de sus consejos que más han marcado mi vida y me sorprendió que él no recuerda habérmelos dado, no se si por factura del paso de los años o porque fueron tantos los consejos que me dio que se le hace imposible recordarlos todos.

Mi viejo me ha dado muchos consejos que hasta hoy hacen las veces de una hoja de ruta para mi, y también algunos otros que no seguí gracias a los consejos de mi mamá, a quien ni los años ni la costumbre me permiten llamarla "vieja"; y no los seguí porque los consejos de mi viejo siempre han sido vivenciales. El siempre recurre a una frase cuando va a hablar de las cosas que ha aprendido de sus vivencias: “Como dice el sabio filósofo Malandro…” y se lanza con su filosofía por que el popular Malandro es él. Aún con esto, los consejos de papá son emblemas que llevo escritos con tinta indeleble de mi corazón. El es para mí una fuente inacabable de experiencias, es un hombre de mundo, de esquina, un callejero que probó mucho mundo, lo digirió todo y supo decirme de qué se trata este juego de la vida. Hoy, en una conversación telefónica muy larga le agradecí por todos los consejos que me ha dado y que hasta ahora me da, por los buenos consejos y también por los otros, y le hice saber que su vida y sus palabras han sido una muestra del amor de Dios para conmigo.

En la misma vereda está mi mamá, mi Mechita. Ella es una cristiana a carta cabal, una mujer que cuando no esté más a mi lado (para lo cual no estoy preparado aún) va a ser para mí, si no lo es ya, la mejor referencia de cómo se vive el cristianismo. Si de consejos se trata, no hay filósofo Malandro ni filosofía humana que valga: para mi mamá la única y principal fuente de consejos y de sabiduría es la Biblia e hizo de este libro su mejor guía para ser una buena mamá. Cuando fui más joven, sus consejos muchas veces me hicieron renegar de ella y preguntarme “¿porque tiene que ser tan pegada a la Biblia?”, o “¿habrá alguna vez deje la Biblia a un lado para aconsejarnos? Hoy a mis 35 años, esposo y padre de dos hijos, le doy gracias a Dios porque no lo hizo, porque siempre tuvo la Biblia al lado y se encargó de grabar preceptos y principios bíblicos en mi corazón que ahora son parte de una forma de vida para mí. No es una “cucufata” ni una mujer religiosa, es una mujer a quien la vida le demostró que no hay mejor manera de vivir que de la mano de Dios, y yo como testigo presencial de esto tengo la misma convicción.

Algún día me encantaría tener una conversación con mi hijo Sebastián como la que hoy tuve con mi papá. Dios quiera que algún día llegue a ser una referencia para mi hija Angélica Rosalía de cómo se debe vivir el cristianismo tal como ha hecho mamá conmigo. Pero en verdad me falta mucho, muchísimo para alcanzar esto. Replicar en la vida de mis hijos lo que mis padres han hecho conmigo es una valla que mis padres han puesto muy alta para mí, pero le doy gracias a Dios que además de la Biblia me ha dado herramientas adicionales para superarla: Los consejos de papá y mamá.

3 comentarios:

Mercedes de Rodriguez dijo...

Gracias Hijo, no te imaginas como me ha emocionado tu comentario, y gracias a Dios por guiarnos en la crianza de ustedes porque todo viene de El, hay un proverbio que dice: "Oye hijo mio la instrucción de tu padre y no desprecies la dirección de tu madre" y también gracias a Dios porque eres obediente a su Palabra al tener en cuenta nuestros consejos. El estilo de vida que tienes, andando en el temor de Dios colman mi vida de felicidad y puedo decir como el Apóstol Juan: No tengo yo mayor gozo que este, el oir que mis hijos anden en la verdad. Dios te Bendiga. Te amo. Tu "Mechita"

Anónimo dijo...

q lindo Gustavo, todos en nuestra juventud renegamos un poco de esas mamas q no dejan de recordarnos lo q dice la Palabra de Dios, y hace q nuestra conciencia nos apriete en el pecho para no hacer lo contrario.... y si pues... daba un poco de fastidio.. pero q seria de nuestras vidas hoy si ellas no hubiesen hecho su trabajo tan bien, gracias a Dios por nuestras madres

Anónimo dijo...

Esto me ha tocado. Gracias, gracias!!!