viernes, 30 de mayo de 2008

Cuando ganas sin quedar primero

¿Qué significa ser exitoso?¿Pasa por ser el primero en todo?¿Que es ser un triunfador? ¿Ganar es ser el primero o el mejor? Personalmente, tengo conceptos claro sobre estos temas y se los comparto en función a lo vivido el día de ayer; pues ayer más que nunca comprobé que ganar no pasa por ser el primero ni el mejor. Ser exitoso no pasa por lo material o lo intelectual que puedes conseguir en la vida. Ganar y ser exitoso pasa por el nivel de satisfacción personal que alcanzas en las cosas que realizas, en aquellas cosas que te propones conseguir y en base a esfuerzo, sudor, y hasta lágrimas puedes decir: Lo hice. Y con ese “lo hice” te acuestas por la noche y duermes sintiéndote una persona ganadora.

Esta noche se llevó a cabo la tercera edición de la Noche de Talentos Braillard S.A., empresa en la que trabajo, y fue realmente gratificante ver el despliegue de esfuerzo de todos los grupos que participaron. Pero esta vez quiero enfocarme en el grupo que representó a nuestro departamento (Servicios Post Venta).

Hace algunas semanas, cuando se hizo el lanzamiento y convocatoria para este evento, fue realmente titánico el esfuerzo que realizamos para juntar a un grupo de compañeros de nuestra área para preparar un número digno en la noche de talentos. A pesar de ser el área más numerosa de la empresa, muchas veces por reparos, prejuicios, temor o cualquier otra razón es difícil involucrar a las personas. Finalmente formamos una lista de unas 20 personas que querían participar.

El primer día programado para ensayar fue un fiasco. Nadie se quedó a ensayar, nuestro profesor mostró su preocupación y fue motivo de reunirnos con los involucrados y volverlos en comprometidos. Algunos muchachos ya estábamos empilados pero necesitábamos tener 16 personas motivadas y comprometidas.

El primer día de ensayo fue desalentador. Los que estábamos comprometidos éramos literalmente “unos palos”. Nos preocupamos, creíamos que iba a ser difícil pelear un triunfo con el poco talento para la danza. Pero nuestro “profe” nos alentó y nos convenció de que podríamos hacerlo. Nos valió y sirvió de mucho el aliento y presencia de nuestro gerente Ernesto Montagne en todos los ensayos. Poco a poco íbamos aprendiendo los pasos. Ya iban unos 5 o 6 ensayos y nunca podíamos juntarnos los 16 que se necesitaban para el número a presentar. Muchos de los muchachos viven lejos del trabajo: Comas, San Juan, Chorrillos, Los Olivos, Independencia, y desde luego, después de una jornada de trabajo quedarse dos horas más era mucho sacrificio para ellos. Pero estaban allí. Algunas veces con sus overoles de trabajo, dándole a la danza y luchando con sus propias limitaciones para el baile.

Lo que desde un principio parecía imposible de conseguir fue pareciendo algo que podíamos alcanzar. Los pasos empezaban a salir, pero uno que otro “palo” seguía sufriendo con la coreografía. Allí los veo aún a Manuel Santamaría, a Ricardo Macedo y a Ivan Hernandez, que eran los más “troncos”. Troncazos. Pero con una voluntad envidiable, con las mejores ganas de GANARLE a sus limitaciones. Era realmente alentador. Algunos chicos venían a ensayar desde los talleres de Miraflores y Camacho y aunque llegaban tarde a los ensayos estaban allí. Dándole a la danza.

La última semana fue de película. Nadie, ni el más optimista al inicio de los ensayos podían creer lo que nosotros veíamos. Un grupo cohesionado, recontra metido, comprometido, seguros del triunfo, porque antes de la noche del evento TODOS YA HABIAMOS GANADO. Le habíamos ganado a nuestras limitaciones para el baile, le ganamos a nuestros temores y reparos, le ganamos al “qué dirán”, le ganamos a esa tonta creencia de creer que no podemos hacer más de lo que durante muchos años hemos hecho. En resumen, éramos ganadores antes de subir al escenario.

El día del evento ya no éramos 16 compañeros de trabajo que íbamos a danzar. Nos convertimos en 16 expertos danzantes con ansias de gloria, convencidos de saber que esa noche era una noche de victoria. Desde la mañana nuestro tema era: Hoy ganamos. ¡Qué complicado en concentrarse en el trabajo cuando tienes un reto frente a ti tan cerca! Es una carga emocional que te acompaña en las noches, lo sueñas, te distrae, te envuelve. Pero hay que seguir, el trabajo, la familia, las responsabilidades están siempre allí.

Llegó la hora de la verdad y estábamos en nuestras ubicaciones para salir al escenario. Ya nos habíamos arengado lo suficiente como para materializar nuestro esfuerzo frente al público. Allí estaban esposas, hijos, padres, hermanos, compañeros de trabajo y hasta desconocidos a los que había de demostrarle nuestro TALENTO.

Se abrió el telón y empezó a rodar la rueda. Fuerza, coraje, pundonor, desinhibición, talento. 16 personas comunes y corrientes, algunos que pisaban un escenario por primera vez en sus vidas ya estábamos danzando la Contradanza de Huamachuco. ¡Qué alucinante! La ovación bajaba desde el público y erizaba nuestra piel, nos llenaba de emoción y era inevitable sentir una corriente desde la cabeza hasta los pies. ¡Todos zapateamos!¡Todos gritamos!¡Todos metimos lo que había que meter!. Fueron 12 minutos en los que sentimos placer, confort a pesar del cansancio y la dificultad de la danza. 12 minutos inolvidables. 12 minutos de gloria.

No importa el resultado final del jurado. GANAR SIN SER EL PRIMERO HA SIDO RECONFORTANTE. Esta noche nunca se va a borrar de mi mente y en verdad ha grabado una marca más en mi vida.

Quiero rendir un tributo a todo mi grupo. Mis muchachos que no fallaron. Y quiero nombrarlos sin ningún orden, porque todos son ganadores:

Manuel Santamaría, Ricardo Macedo, William Aguirre, Diego Bazán, Jesús Huamán, Marvin Flores, Alfredo Laura, José Rivera, Jorge Camavilca, Cesar Napán, Iván Hernandez, Mario Vásquez, Edgar Rodriguez, Jenrry Vargas, Edgar Antay (suplente), Miguel Angel Arteaga (suplente) y con la mayor modestia me incluyo: Gustavo Rodriguez. Mención aparte para la única chica que trabajó excelentemente una danza para hombres: Violeta Tandaipan.

Quiero agradecer a Braillard S.A., mi empresa, por permitirnos gozar este tipo de eventos. Porque realmente integran. Como jefe de servicios me he sentido muy cómodo de compartir estas sesiones de entrenamiento con chicos de de menor nivel jerárquico, con hombres mayores con la sabiduría que dan los años. Supimos dejar de lado el trabajo para estar todos a un mismo nivel y ser todos iguales. Realmente se logró el objetivo de este evento: INTEGRAR.

Agradezco también a Ernesto Montagne, Gerente de Servicios, por la fuerza y el ánimo que metió para llevar a buen final este esfuerzo. Porque se portó como un verdadero líder a lo largo de estas semanas.

Gracias a nuestro profesor Lucio. ¡Maestro! Gracias por enseñarnos que los troncos aún cuando son viejos pueden enderezarse. Esperamos contar con él para el próximo evento.

Gracias a todo el personal del Servicio Post-venta. Asesores de servicios, personal administrativo, mecánicos, pintores, electricistas, por el ánimo y aliento que hizo bajar desde la tribuna. Gracias muchachos.

Quiero agradecer a mi esposa Angélica por soportar mis tardanzas y faltas a la universidad por mis ensayos. Gracias por estar en el evento, fue reconfortante verte allí. Eres un excelente motor para todo lo que hago. TACTEC.

Cierro esta crónica con una promesa: “Nos verán otra vez GANADORES. Volveremos el próximo año con la misma fuerza. Estaremos allí los 16 que estuvimos este año y los que quieran unirse. NADA NI NADIE VA A EMPAÑAR NUESTRO TRIUNFO DE AYER. Somos ganadores y volveremos”.

“QUE BACAN ES GANAR SIN SER EL PRIMERO”.

viernes, 23 de mayo de 2008

Felíz Cumpleaños Leslie Cecilia

Querida Leslie:

Hoy 23 de Mayo es el día de tu cumpleaños y te soy sincero, he esperado mucho más que en otros años que llegue este día y se que te preguntarás porqué. Bueno, la idea de este blog es decir las cosas como son, sin maquillarlas, y volcar las cosas tal y cual salen de mi corazón. Se que en muchos pasajes de la corta vida de mi blog puedo haber parecido cursi, y tal vez lo soy, pero me queda la satisfacción de haberme expresado tal y cual soy. Y en ese sentido, he esperado esta fecha para a través de este blog decirte algunas cosas en esta fecha tan especial.


Un "mea culpa" que lleva varias semanas ya, me obliga a decirte que lamento mucho el no haberte dedicado el tiempo que como tu hermano he debido darte a lo largo de nuestra vida juntos. Las razones tu las conoces bien, pero se que no justifican para nada el haber estado como un hermano algo o muy ausente en algunos pasajes de tu vida, en los que tal vez más me necesitabas. Perdóname por eso, aún cuando es imposible recuperar el tiempo perdido. Lamento que cuando has podido necesitar una palabra de ánimo o un hombro sobre el cual llorar no haya estado a tu lado, seguramente por estar ocupado en "mis cosas". Lamento el saber que tuviste que encontrar "hermanos sustitutos" por el hecho de no estar yo allí. Lamento el haberme perdido la oportunidad de ser tu paño de lágrimas o el cómplice que guarde tus secretos (aún cuando pienso que ningún hermano lo es de su propia hermana), pero se que cuando me necesitaste, yo no estuve, y por eso te pido perdón.

Bueno, es imposible evitar que vengan a mi mente los años de nuestra niñez, cuando nuestros "día a día" transcurrían en nuestro viejo piso de madera de Atahualpa 425, y recuerdo nuestras peleas y nuestros juegos juntos. ¿Qué sería no? ¿Yo vivía celoso de tí o tu de mi? Creo que yo de ti, pues ahora que tengo a mi bebita, entro en razón y reparo en lo especial que es una hijita mujer, y esa eras tu para nuestros "viejos", eras la nena de la familia, la hermanita menor, la única mujercita, la niña mimada de todos. Y eras también especial para mi, lo recuerdo, aunque eran inevitables nuestros malos ratos.

Recuerdo la vez que te enfermaste de sarampión y la desesperación de mi papá de verte tan mal, su matotazo en la vitrina de madera que terminó rompiéndola y que provocó que durante varios años tengamos que estar cubriendo el agujero con cualquier adorno que cubra el daño ocasionado. Recuerdo tus épocas del colegio y tus palomilladas en el barrio. Tus domingos de carnavales en el grifo de la esquina, con tu sonrisa de lado a lado (ahora se de quien sacó ese encanto por el agua el Sebas).

¿Te acuerdas de nuestras broncas de adolescentes?¿Que tontos éramos no? Con todo y eso siempre has sido especial para mi. Tu y yo somos personajes muy graciosos querida Leslie, y tal vez por eso nunca hemos podido sentarnos y recordar juntos, con seriedad, aquellos tiempos pasados. Mis intentos de salir a cenar contigo como buenos amigos siempre se han frustrado por una u otra razón, tantas veces que ya hasta me da roche invitarte otra vez a salir. Pero eres tan paciente que no me lo reclamas ¿o es que no te entusiasma la idea? Pero deberíamos, aunque sea una vez al año conversar a solas y compartir nuestros recuerdos y aquellas cosas que siempre se quedan en nuestras mentes. ¿Qué bacan sería no?

Querida Leslie, se que es dificil compartir mas tiempo juntos, seguramente si nos proponemos y decidimos vernos mas seguido fracasaríamos al poco tiempo; pero igual te ofrezco mi mano y mi corazón para cuando creas que te sea necesario. Soy conciente que tus alegrías e ilusiones no son mías, pero te juro que me harán felíz cuando ellas te hagan felíz a ti, porque así deseo verte. Se que hay cosas que quisieras en esta vida que aún no las tienes, y son las que te harán felíz y de todo corazón espero que lleguen a tu vida. Tal vez tarden en llegar pero le pido a Dios que lleguen. Se que van a llegar.

Verte emocionada un día antes del cumpleaños de Angélica Rosalía inflando globos, haciendo cintitas, armando cajitas, etc, etc me llenó de mucha alegría y me daba risa. O sea, no visitas a tu sobrina todo el año y ¿te apareces antes de la fiesta? No mojes pues, que no hay quien planche jajaja. Mentiras gordita, gracias porque siempre estás en esas ocasiones en las que aparecen las tías. Gracias por haber dejado uno que otro compromiso por quedarte con mis "chuckies" para poder ir a divertirme con mi esposa ¿Crees que no valoro eso? Claro que si lo valoro, aunque no le doy un valor económico como tu quisieras (jajaja), sino que le doy un valor espiritual (que no quisieras jajaja). Igual gracias por ser una buena tía para mis hijos, algo ausente pero.... Buena al fin.

A ver gordita, ¿te acuerdas del problemón que tuvimos en julio del 2006 justo un día antes del aniversario de mis viejos?¿Te acuerdas? Bueno, a los pocos días de la crisis que pasamos, decidí escribirte unas décimas y lo hice, y aunque no lo creas las he tenido guardadas en mi PC desde aquella época y en esta fecha especial quiero regalártelas, y en ellas siguen cargados mi amor y aprecio especial por ti. Mis décimas dicen así:

A MI HERMANA LESLIE CECILIA

En los recuerdos de mi niñez
hay momentos muy felices
y unos que otros deslices
que los dejo para después
Pues quiero escribir esta vez
sobre ti querida hermana
y no dejar para mañana
esta extraña inspiración,
es mejor que hacer una canción
que tardaría una semana

Vuelve a mi mente la palomillada
de Atahualpa cuatro veinticinco
cada salto, sonrisa y brinco
de esa pequeña endiablada
que con tanta mataperrada
hacía nuestas vidas felices
dejando atrás los momentos grises
provocados por los errores
de nuestros progenitores
enredados en sus deslices

Pequeña, rabiosa, engreída
buena pa'l trompo y las bolitas
pa' hacer sufrir a las monjitas
que te creian poseida
sin saber que eras protegida
por las manos del Creador
quien te cuida con tierno amor
de los golpes y los dolores
que da el mundo de pecadores
al que se aparta del Salvador

Tres cosas de esta vida
No pueden ser recuperadas
el tiempo, las piedras lanzadas
y la palabra que causa una herida
y en esta décima mia
expreso sinceras disculpas
pues cargo con muchas culpas
de aquello que no te di
o en aquello que te ofendí
y hasta hoy no pedi disculpas

Hemos perdido tanto
de todo aquello que vivimos
de los momentos que compartimos
que hoy duermen en su quebranto
y ayer me produjo un llanto
el saber que no reaccionamos
y que a veces ni nos miramos
y si lo hacemos es porque debemos
y no porque lo deseemos
¿Porqué hemos perdido tanto?

Aquí te ofrezo mi mano,
mano humilde, llena de paz
tómala y no la sueltes más,
es la mano de tu hermano
que ve en ti un bello regalo
del amor del Creador
que con su inacabable amor
me ha sabido bendecir
uniendo mi camino a ti
y por eso le doy loor.

¿Muy cursi no? Si pues, asi soy yo recontra "atorrante" ¿no? jajaja. Te quiero mucho hermanita, sabes que es un amor especial el que guardo por ti. Se que ya estas aburrida de tanta letra (es mas pienso que ni has llegado a esta línea) así que finalizo mi posteo con mi saludo de cumpleaños para ti:

FELIZ CUMPLEAÑOS QUERIDA HERMANA, QUE DIOS TE BENDIGA Y TE PROSPERE EN TODO LO QUE HAGAS, QUE NOS PERMITA DISFRUTARTE MUCHISIMOS AÑOS MAS Y SER TESTIGOS DE TU FELICIDAD. TE REGALO EC.12:1 "ACUERDATE DE TU CREADOR EN LOS DIAS DE TU JUVENTUD, ANTES QUE LLEGUEN LOS DIAS MALOS EN LOS CUALES DIGAS: NO TENGO DE ELLOS CONTENTAMIENTO"

TE AMO MUCHO HERMANA.

Gustavo

sábado, 10 de mayo de 2008

Señor: ¿Tiene hijos?

Pensé que iba a terminar el día como un día cualquiera: Pensando un poco en lo que pasó hoy y en lo que me esperará mañana. Pensé que mi rutina diaria no se alteraría, pero algo la cambió el día de hoy.

Había salido de hacer las compras de la semana en un supermercado cercano a casa pasadas las 10:00 pm, me dirigía hacía mi auto llevando el coche lleno de las compras realizadas, sintiendo que la noche empezaba a ponerse fría, cuando de pronto apareció él:

- Señor, cómpreme caramelos (con el tono lastimero con la que siempre te venden caramelos).
- No hijito, ahora no.
- Señor, ya pues, por favor cómpreme.
- No papito lindo, ahora no.

Empezó a alejarse, cuando dentro de mi surgió un VEN. Por una fracción de segundos pensé: Acabo de salir con un coche lleno de cosas para mi casa, y ese pequeño niño está vendiendo caramelos pasadas las 10:00 pm. No seas desalmado, si de gracia recibes... da de gracia".

Corrió hacia mi aquel pequeño de unos 8 años de edad, mientras yo sacaba una moneda de 1 sol de mi monedero.

- Toma hijito. Que Dios te bendiga.
- Tenga sus caramelos señor.
- No papito, te los regalo. Véndeselos a otra persona.
- No Señor. -Subió el tono de su voz-. Tenga sus caramelos.
- Que no niño.- Subí el mío-. Véndeselos a otra persona.
- Entonces tenga su sol señor.

Me hizo entrar "en trompo" el mocoso.

- Bueno, bueno, dame dos caramelos.
- No tenga.

Me dió cinco.

- Bueno, yo quería ayudarte.
- Gracias Señor. Déjeme ayudarle a pasar sus compras al auto.

Debo reconocer que me entró un fuerte sentimiento de desconfianza pues tenía el carrito lleno de bolsas, y pensé que aquel pequeño podía estar coludido con alguna persona de mal vivir y pudiera hacerme una emboscada para robar parte de mis compras. A esa hora quedaban pocos carros en los estacionamientos del supermercado, la calle ya se veía vacía y todo podía pasar en ese momento.

- No. No deseo que me ayudes niño.
- Es que me gusta ayudar a la gente buena señor.
- Deja mis bolsas por favor. No quiero renegar contigo. Aléjate ya.
- Señor, es que en verdad me gusta ayudar.

Alcé la voz y le dije.

- ¡Que no! ¿quieres que te quite el sol que te di y que te devuelva tus caramelos?. Vete ya.

Se asustó. Dejó de ayudarme. Metió su mano a su bolsa de caramelos y atacó otra vez.

- Señor: ¿Tiene hijos?
- Si. ¿Porqué?
- Dele estos caramelos. Les regalo.

Sentí un nudo en la boca del estómago.

- No gracias. Yo les daré los caramelos que ya me vendiste.
- No señor. Dele estos también por favor.
- Oye ¿qué tienes?. vende esos caramelos a otras personas.
- No señor. tenga.

Practicamente puso sus caramelos en mi mano. Puso una cara de cansado y como queriendo que su bolsa de caramelos se acabe cuanto antes. Noté angustia en su pequeño rostro sucio y cansado. Me agaché un poco y le susurré:

- ¿Tienes que vender todo hoy?
- Si señor. Tengo que acabar la bolsa, si no, no puedo irme a casa.

Me dejó mudo. No supe que decirle. Sentí que este mundo cada día está mas de cabeza. Por unos segundos sentí el cuerpo helado. No atiné a nada. Estaba petrificado. Mientras el pequeño niño ponía los caramelos para mis hijos en mi mano. Creo que el terminó de pasar las cosas al auto y cuando terminó me dijo:

- No se preocupe señor. Yo llevo el cochecito a su sitio.
- Gracias hijo.

Subí al auto y no se en que momento: una lágrima. Y en esa lágrima toda mi impotencia, mi rabia, mi disconformidad con el mundo en que vivimos. Recién allí se me ocurrió comprarle todos sus caramelos pero ya era tarde, estaba por llegar a casa.

Mientras bajaba del auto las cosas para meterlas a casa, no podía dejar de pensar en aquel pequeño, y en una pregunta que me ha marcado: "Señor: ¿tiene hijos?". Y solamente tuve ganas de darle gracias a Dios que mientras ese pequeño niño vende caramelos en una calle, mis hijos duermen bajo un buen techo, bien abrigados, y con los reposteros llenos. Y llenos de amor. Le di gracias a Dios por mi trabajo, por el trabajo de Angélica, y porque todo lo que tenemos y de lo que podemos gozar le pertenece a El, pues El es dueño de todo. Lo que tenemos, que no es mucho, lo tenemos por la gracia de Dios mas que por nuestros propios méritos, porque como dice en la Biblia, sus misericordias con nosotros son nuevas cada mañana.

Iré a dormir y haré una oración por ese terco niño de los caramelos. Por él, y por todo niño que injustamente es sometido a trabajos forzados.





lunes, 5 de mayo de 2008

Y tu, ¿te juegas un SUDOKU?


El sábado último estaba haciendo mi cola para pagar unos artículos comprados en un supermercado cercano a casa, cuando un pequeño de unos 12 años se embarcó en una acalorada conversación con su joven madre:

- Pero la vez pasada me dijiste que en la próxima me lo comprabas.
- Si hijo, pero espera otra vez, yo te lo voy a comprar pero no hoy.
- Mamá, siempre me dices lo mismo. Ahora ¿Cuándo me comprarás mi SUDOKU”?

“SU-DOKU” es un término en japonés que quiere decir algo así como: “los números deben aparecer una sola vez”. Pero más allá de lo que significa, SUDOKU es un juego de números que aparece en muchísimas publicaciones (revistas, diarios, Internet, etc). El juego es tan popular que muchos lo adoran y otros tantos lo detestan, pero hoy por hoy casi todo el mundo sabe lo que es “jugar SUDOKU”.

Me encanta el SUDOKU aunque no lo hago todos los días. Hasta antes de aprender el juego, siempre pasó desapercibido a mi vista hasta que mi buen amigo Tito Montagne me explicó como hacerlo. Reconozco que la primera vez vi a Tito desarrollar un SUDOKU me pareció sumamente sencillo, hasta que me llegó el momento de hacerlo sin su ayuda. No era tan fácil como parecía y en realidad es un ejercicio mental que dependiendo el nivel de dificultad puede llegar hasta cansarte.

¿Pero en qué consiste este juego? Pues el SUDOKU es un tablero en el que aparecen algunos números, siendo el objetivo llenar el tablero con más números siguiendo algunas reglas. Para entenderlo mejor lo explicaré con el SUDOKU MINI (hay tres tipos de SUDOKU que conozco que los explicaré mas adelante): (Clic en "Continuar leyendo" debajo de la imagen para seguir leyendo).

El SUDOKU MINI es un tablero cuadrado con 36 cuadrículas (6 x 6) en el que inicialmente se han colocado algunos números que van entre el 1 y el 6. El reto es que el jugador debe colocar números en cada cuadrícula de tal forma que en todas las filas y en todas las columnas se logren ubicar los números del 1 al 6 sin repetirse. Adicionalmente, el mismo tablero contiene 6 recuadros (2 filas x 3 columnas) marcados con líneas mas gruesas en los que, respetando la primera condición, también deben aparecer los números del 1 al 6.

En la sección Luces de El Comercio aparecen diariamente dos juegos: El SUDOKU Mini (ya explicado en el párrafo anterior) y el SUDOKU Pacífic, el cual es un tablero 9 x 9 y los números a colocar van desde el 1 hasta el 9. Pero el más alucinante de los SUDOKU que he visto es el SUDOKU Monster, que aparece los domingos con El Comercio, y en el que hay que ordenar números del 1 al 9 y letras de la A a la I en filas, columnas y recuadros. Reconozco que nunca he podido completar un SUDOKU Monster.

El SUDOKU es un juego que aunque no lo crean, no fue inventado en el Japón. El creador de este juego es un norteamericano llamado Howard Garns y el nombre original del juego fue “El Lugar de los Números”. Pero fueron los japoneses quienes hicieron famoso este juego y lo popularizaron tanto que hoy por hoy muchos los consideran los inventores del mismo, aun cuando en realidad no lo son. El SUDOKU se hizo popular cuando la revista Times lo publicó por primera vez en el año 2004. Después de eso, no es raro ver el SUDOKU en todo tipo de publicaciones.

Este juego ha llegado a ser tan obsesionante que se han creado un sinnúmero de productos para que la gente pueda tener siempre a la mano un SUDOKU. A continuación, algunas de ellas:

Papel Higiénico: Es decir SUDOKU hasta en el baño. Me daría mucha pena tirar a un tacho de basura algunos juegos sin poder ser desarrollados. Me imagino que la idea es que una vez que lo juegues lo utilices. Pues personalmente, tendría que jugarme varios SUDOKUS antes de salir del baño. No se los japoneses. http://www.gearlive.com/blogimages/sudoku_toilet_roll.jpg

Juegos electrónicos: El SUDOKU creo que ya reemplaza al famoso “pimball”. No es raro ver en las cajas de supermercados (Wong, Metro, Plaza Vea, Ripley, Saga, etc) juegos electrónicos de SUDOKU en el que se proponen una infinidad de juegos posibles. Por uno de estos es que sufría el niño del inicio de mi posteo. http://img.xataka.com/sudoku.jpg

Diarios y Revistas: En muchísimas publicaciones ya encuentras un SUDOKU, y si te gusta jugarlo, seguro te quedarás entretenido allí.

Internet: La red está plagada de páginas con juegos de SUDOKU y estrategias para poderlos solucionar. Hay competencias On-line y millones de personas ya han participado en este tipo de competencias. Yo la verdad no me animo por falta de tiempo. http://www.elcomercio.com.pe/EdicionOnline/Estaticas/sudoku/index.html

Cubos mágicos: ¿Recuerdas los cubos mágicos en que tenías que colocar una cara completa con el mismo color? Pues ahora el mismo cubo consiste en solucionar SUDOKUS en cada cara. Increíble pero cierto. http://www.mundochica.com/imagenes/diciembre/sudoku.jpg

La historia más alucinante que encontré sobre el SUDOKU, es que en un lugar de Inglaterra, una colina amaneció con un juego de SUDOKU Pacific gigantesco y cuando los pobladores lo resolvieron, se encontró que el mismo juego tenía más de ¡2,000 soluciones posibles!

Bueno. Tito Montagne es un experto haciendo SUDOKUS. Los de El Comercio traen hasta cinco niveles de dificultad, y solo una vez Tito no pudo resolver un SUDOKU 5 estrellas. En la oficina el otro “loquito SUDOKU” es un muchacho llamado Omar Calixto. La primera vez que lo invitamos a hacer un SUDOKU era un SUDOKU Mini de nivel de dificultad 1 y no pudo hacerlo. Con Tito creíamos que pues en vez de cerebro tenía un zapato, y creo que injustamente pues lo que para nosotros parecía muy sencillo, para Omar era algo nuevo. Hoy es otro experto del SUDOKU. Los más difíciles puede solucionarlos, y si no lo acaba en la oficina se los lleva a casa y los trae resueltos al día siguiente como diciendo: “¿Ven? seré flaquito, pero tengo mi cerebrito” jajaja

Y tú, ¿te juegas un SUDOKU? Te lo dejo aquí .



viernes, 2 de mayo de 2008

Destino Propio

Había decidido no dejarse vencer por la adversidad. Tenía en sus dos pequeños hijos dos hermosas razones para no sucumbir ante tan grande mar de incertidumbre y desesperanza. Había entendido que lo mejor era que ese hombre esté lejos de ella. Ya no importaba que la haya abandonado junto a sus dos pequeños hijos, al fin y al cabo era el final de largos años de maltratos, humillaciones e injusticias. No había más lágrimas para llorar, ni tiempo para recomponerse. Había que empezar a cambiar su tan golpeado mundo.

Martha había trabajado desde muy temprano preparando unos queques de una vieja receta aprendida en sus años de escolar. Había coordinado con su madre el cuidado de Pablo y Camuchita, sus pequeños hijos. Tenía todo el temor de salir por primera vez en su vida a vender a la calle porque “nunca he vendido nada y tengo miedo. Pero si no lo hago hoy no lo hago nunca. Esto no se queda así, voy a demostrarle a ese infeliz que yo puedo sacar adelante a mis hijos, y que puedo vivir sin él”. Al menos lo tenía claro.

Abrió la puerta de su casa, con sus dos queques y toda una ilusión encima: Venderlo todo en esa misma mañana. No terminaba de rezar un padrenuestro cuando a pocos metros de su casa un hombre tirado en la vereda fue un mal presagio para su día. “Ojala esto no sea un mal augurio, quiero que todo me salga bien el día de hoy”. Al pasar por delante del hombre no pudo evitar mirarlo a los ojos y ver su miseria reflejada en esa mirada. “Buenos días” dijo él. Ella siguió con su padrenuestro.

Eran las tres de la tarde y aún quedaban cuatro tajadas de queque. Ella aún no había almorzado y decidió comer una de ellas, y mientras degustaba su improvisado almuerzo, una vieja anciana le compró dos tajadas. “También es mi almuerzo hijita”. Le dio gracias a Dios por la venta de ese día y decidió regalar a algún menesteroso la tajada que le quedaba cuando divisó al hombre tirado en la acera que la saludó esa mañana. Le pidió a la vieja anciana que se le entregue y que no le diga quien se lo enviaba para que no la moleste cualquier otro día.

Regresó feliz a casa con la venta de ese día. Lloró cuando abrazó a su madre contándole de su primera experiencia en la vida dura de la calle, y se fortaleció viendo que su ganancia no era poca para lo que había invertido. Desde aquel día no dejó de salir a la calle día a día a buscar el sustento suyo y el de sus hijos. Hubo días en que las ventas no fueron buenas y solamente había que contentarse con no perder. Había sido asaltada retornando a casa, engañada con monedas y billetes falsos, golpeada por unos agentes municipales y otras mil penurias pero “nada me va a tumbar, tengo que salir adelante”.

Había pasado casi un año en el que día a día, incluso estando enferma, había salido a vender sus postres. Hasta que llegó el momento de dar el salto. Las ventas eran buenas ahora y con ellas se podía pagar un pequeño puestito en el mercado. Tenía su clientela fiel, y “si no es ahora, pues es nunca”.

El primer día en que vendería en su puesto, salió de casa con el padrenuestro de cada día, cuando vio al menesteroso que hacía casi un año había visto al salir de casa en su primer día de venta en la calle. Se sorprendió pues el tipo estaba completamente cambiado, no era el moribundo sucio de mirada miserable e incluso le tomó trabajo reconocerlo. Si no hubiera sido por el “buenos días” similar al de la primera vez no se habría convencido que era él. Martha se sorprendió de verlo tan cambiado “seguramente se ha metido a los evangelistas y ya le cambiaron la vida en la iglesia”. No dudó en contestar con un amable “buenos días” porque “a lo mejor su buenos días me da suerte como la primera vez que vendí mis dos queques. Talvez hoy rayo en mi nuevo puestito. Ay Diosito ayúdame con la venta de hoy”.

Al parecer el saludo de aquel hombre si le traía un toque de suerte a su negocio. Habían pasado los meses y había quedado atrás el pequeño puestito donde empezó. Ahora tenía un puesto mucho más grande, siempre en el mismo mercado, en donde instaló su “Juguería Camuchita” y ahora era el punto en el que muchos transeúntes y vendedores del vercado desayunaban. Su especialidad eran sus jugos y sus “sánguches de lomito” que se vendían como pan caliente.

Su negocio le dio la estabilidad que buscaba. No era una mujer adinerada pero ahora podía vivir tranquila. Era una mujer sana que todo lo que ganaba lo llevaba a su casa. Había conseguido lo que con mucha rabia decidió luego de ser abandonada: Salir adelante por ella, por sus hijos, “porque la vida no se acaba porque te quedas sin alguien a tu lado”. Su trabajo le había permitido mudarse de la pequeña casita testigo de tanto sufrimiento. También pudo cambiar de colegio al pequeño Pablo “porque en uno particular le van a enseñar mejor y no hay problema con las huelgas y los maestros del SUTEP”.

Un día al retornar a casa, vio en la esquina de su casa a aquel hombre que se aparecía cada que cambiaba algo en su vida. Ya no era un menesteroso, ni siquiera era un tipo que cause temor alguno. Se había convertido en un hombre con apariencia de decencia, limpio, bien vestido y de buen semblante. Hasta llegó a inquietar a Martha con su mirada ya que “si así te ponen guapo en la religión, pues yo también me meto”. Entró a casa con la incertidumbre de saber que iría a pasar pues aquel hombre había aparecido de nuevo. Casi no pudo dormir esa noche pensando en él y en lo que habría de acontecer, porque cada vez que aparecía él, algo bueno estaba por pasar.

A la mañana siguiente salió de casa algo aletargada porque casi no durmió pensando en aquel hombre y su nueva aparición. Y mientras terminaba el padrenuestro de cada día escuchó detrás de ella un “Buenos días Martha”. Quedó estática. Paralizada. Sabía que era él. Se detuvo. Volteó con mucho temor, no porque la saludó sino porque esta vez mencionó su nombre. Estaba detrás suyo con una rosa en la mano.

- Soy tu destino
- ¿Mi destino? ¿Eres mi destino?
- Si Martha, y ahora estoy así por ti. Dime cómo me viste la primera vez.
- Eras un desastre, un miserable y nadie daba nadie por ti.
- Así era tu destino ese día. No tenías nada y no eras nadie. Todo era negro en tu horizonte y mírame ahora. Tú decidiste cambiarme y no dejarme miserable. En base a tu esfuerzo lo has hecho y para bien. Y heme aquí: decente y promisorio. Has salido adelante por ti y por tus hijos, y te irá cada vez mejor.

Una lágrima humedeció el rostro de Martha.

-No destino mío. Fue mi padrenuestro de cada día.

Lo abrazó, le dio un beso y se alejó. Nunca más volvió a verlo. Sabía que mientras ella esté bien, él también lo estaría.