sábado, 25 de abril de 2009

Carta a Hilaria Supa


Carta abierta a la Señora Congresista del Perú Hilaria Supa



Lima, 25 de Abril de 2009


Sra. Hilaria Supa Huamán
Congresista de la Repúbica del Perú
Presente.-


De mi mayor consideración:

Como es de su conocimiento el día 23 de Abril del presente año, el diario Correo publicó en primera plana parte de los apuntes personales que usted venía escribiendo durante un debate sobre la situación de terror que se vive en el VRAE; apuntes en los que se puede observar graves errores ortográficos y de redacción por lo que el diario Correo indica que “Urge COQUITO…” para usted.

Debo decirle Señora Congresista que quien le escribe es un estudiante de ingeniería industrial que rechaza en su totalidad esta muestra de intolerancia que constituye una grave agresión hacia su persona, por lo que desea en estas líneas expresarle su solidaridad en este momento difícil para usted.

Señora Congresista, debido a esta noticia pude informarme un poco sobre quién es usted. Puede encontrar que usted antes de ser congresista trabajó como empleada del hogar en Cusco, Arequipa y en Lima. Conocí también que el idioma quechua es su lengua materna y que fue analfabeta hasta que aprendió a escribir y leer el castellano a los 22 años allá por el año 1982. Se que trabajó muchos años en el campo en su natal Huallaccocha-Anta-Cuzco en donde fue una víctima más del poco alcance del Gobierno del Perú en todos los sentidos. Ahora se también que fue usted una de las primeras mujeres que alzó su voz en protesta por las esterilizaciones forzosas que se dieron en la década del 90 y que por esto consiguió un número importantes de personas que le dieron su voto para llegar al Congreso de la República.

Señora Supa, quiero decirle también que no comulgo con las ideas del Partido Nacionalista al que usted representa en el Congreso ni con las continuas muestras de intolerancia política que su partido ha demostrado en lo que va del Gobierno Aprista, pero debo decirle que sentí una gran satisfacción por saber que usted, con sus errores ortográficos e imperfecta redacción dio a todo nuestro país una muestra de su interés por la situación en el VRAE, cuando seguramente en el mismo momento en que usted tomaba nota del debate algunos colegas suyos se encontraban leyendo revistas, o hablando por teléfono, o durmiendo, y hasta algunos ni siquiera estaban en el lugar.

Señora Congresista, finalmente debo decirle que usted no me representa en el Congreso de la República pues yo no voté por usted. Usted representa a un gran grupo de quechua hablantes que esperan que pueda hacer algo para que la educación y el progreso lleguen a los lugares a donde nunca llegó el Estado Peruano, por lo que la exhorto a no desmayar en sus intentos de que esto suceda algún día.

Le expreso finalmente mis sentimientos de consideración y estima personal.

Atentamente


Gustavo Rodríguez Huapaya
DNI. 257*******



N.R. Esta carta fue enviada a la direcció e-mail de la Congresista Hilaria Supa

4 comentarios:

Rinaldo Montalvo dijo...

Gustavo:

Viejito, muy sincera y sentida tu misiva a la congresista. De veras es impresionante ver cómo la cultura peruana de discriminación está presente hasta en las personas cultas y letradas, como supuestamente son los periodistas profesionales.

Amigo, lo que expresa tu carta es exactamente lo que necesitamos en el Perú: dejar de lado los prejuicios y las diferencias y, en vez de eso, buscar lo que nos une, aquel factor común y entender dejar de satirizar la condición de quechua hablante.

Buen posteo mi amigo.

Un abrazo de tu hijo putativo.

Rinaldo

Anónimo dijo...

Tuve la oportunidad de hablar una sola vez con Hilaria Supa, hace ya casi un año, y la impresión que tuve de ella fue muy buena. Una mujer luchadora y desinteresada y que lejos de sus limitaciones propias se esforzaba en buscar la igualdad para la gente de su raza.
Ayer por la noche al sintonizar el programa “Prensa Libre” me enteré de la discriminación de la que había sido objeto a manos del diario Correo: “Que nivel. Urge Coquito para congresista Supa”
Definitivamente, esto es un acto de discriminación y racismo por parte del diario, y sobre todo de intolerancia a la diversidad étnica y cultural en un país pluricultural como el nuestro, en el que el quechua es el idioma hablado por gran parte de la población andina, población que eligió a doña Hilaria como su representante. Lo que subjetivamente dice Correo es que para ser un buen ciudadano y culto, hay que saber castellano, olvidando además que el quechua no es un idioma escrito sino oral. Es más bueno hubiera sido que el autor de la nota aceptase el desafío de Freddy Otarola y al menos hubiera expresado una palabra en quechua. ¿Acaso se le llamaría ignorante por no saber ese idioma? Con este acto no sólo se ha ofendido a doña Hilaria sino a todos nuestros compatriotas quechua hablantes y a los 13725 ciudadanos que la eligieron.
El respaldo fue casi unánime en el Congreso hacia doña Hilaria por el ataque sufrido, salvo penosas excepciones, los representantes de diferentes tiendas políticas coincidieron en enviar un comunicado de condena y rechazo hacia el diario Correo por la falta cometida.
Lamentablemente, una de esas penosas excepciones fue la de la congresista fujimorista Hildebrant, quien salió en contra de ella llamándola ignorante. Aquí una cosa, muy aparte que ha actuado en forma similar que Correo, bueno sería a la señora Hildebrant seguir el ejemplo de la señora Supa; a Hildebrant se le ve todo el tiempo durmiendo o hablando por celular, menos haciendo lo que tiene que hacer, que es trabajar. En contraparte, a Hilaria Supa se le humilló en base a las notas que estaba tomando del debate que se llevaba a cabo, es decir estaba atenta a lo que ocurría, para luego formarse un criterio y decidir sobre lo expuesto por otros congresistas. Ya Hildebrant había criticado duramente a Supa por haber juramentado al cargo de congresista en su idioma natal, el quechua, ahí se puede ver la intolerancia de esta “culta” señora.
Ojalá que este tipo de actos discriminatorios y perversos sean desterrados de nuestro pensamiento e idiosincrasia, que empecemos a aceptar lo nuestro, nuestras raíces, nuestra cultura. El poblador andino o quechua hablante no es menos que nosotros, las faltas de oportunidades a las que fueron sometidos en cientos de años de olvido nos debe hacer reflexionar y luchar para que tengan igualdad de oportunidades como las que gozamos muchos de nosotros.
Hilaria Supa, es un claro ejemplo de esfuerzo y superación. Hasta 1982 era analfabeta y se volvió autodidacta para aprender a leer y escribir el castellano. Encabezó la denuncia contra las esterilizaciones forzosas de las mujeres andinas en el gobierno de Fujimori; fue la organizadora del Comité Micaela Bastidas para alfabetizar a otras mujeres y fundar comedores para niños; lleva 20 años luchando por la defensa de los derechos humanos y el fortalecimiento de las organizaciones de mujeres indígenas; ha participado en reuniones internacionales y su ponencia siempre fue en quechua como en la VI Conferencia Regional sobre la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social en América Latina y el Caribe celebrado en Argentina, en la IV Conferencia Mundial de Mujeres en Beijing, entre otras. En el 2005 su lucha dio los primeros frutos se produjo el primer resarcimiento en favor de las campesinas esterilizadas en Cusco y Huancabamba. Ha publicado el libro “Hilos de mi vida”, que fue traducido al inglés y al alemán y sirve para cursos con niños. Ha recibido varias condecoraciones como “Mujeres Emblemáticas del Perú”, fue una de las ocho nominadas por Perú al Premio Mil Mujeres por el Premio Nobel de la Paz 2005. Su labor en pro de los derechos humanos del poblador andino ha sido destacado en medios de comunicación como CNN, Telemando, Miami Herald, además de Cosmopolitan y L´Express de Francia, la BBC de Londres y Mainichi Shimbon de Japón.
Si bien Hilaria Supa no sabe escribir bien el castellano, ni tiene porque saberlo ya que no es su idioma natal, creo que su labor es digna de resaltar y de ser conocida, es el mejor reconocimiento y respaldo que se le puede dar por los ataques cobardes y malintencionados de Correo.

Anónimo dijo...

Buen pronunciamiento amigo Tavo. Al parecer deberán pasar muchos años más para que el peruano RECONOZCA que su paìs es multicultural, multiétnico además de biodiverso; comemos la papa, disfrutamos del sabor de la lúcuma, nos jactamos de ser biodiversos, tenemos el orgullo de ser peruanos cuando hablamos de Macchu Picchu, escribímos sendos pronunciamientos cuando de derechos humanos se trata, pero negamos con los hechos cuando nos burlamos del quechua hablante o del aymara, me pregunto ¿cuántos genes de estas etnias están en nuestros cromosomas?, una cosa es que la congresista "empeñosa" haya estado tomando nota de los problemas que conmueven al país (al menos a quienes tenemos corazón) y otra que ella envíe notas de prensa con dichos errores gramaticales, para enviar sus notas de prensa tiene asesores que "pulirán" y le darán forma a lo que realmente vale que es el fondo de cuanta acción realizamos.
Solo en algo no estoy de aucerdo contigo, en que ella no te representa porque no votaste por ella, una vez que los 120 se instalaron querido Tavo aunque no nos gusten muchos o todos ellos: Nos representan, esa es la democracia, lo que pasa es que muchas veces NO NOS SENTIMOS representados, pero a donde vayan ellos representan al país, por ende a tí y a mí.
AL

Anónimo dijo...

Bueno para culminar con mi participación que dejé a medias (es el segundo comentario) debo añadir referente a lo que llamas la intolerancia del nacionalismo, que las ideas están abiertas al debate y no necesariamente uno debe tomar una actitud sumisa en defensa de las mismas. Si así fuera, el nacionalismo no hubiera apoyado varios proyectos de ley presentados por legisladores apristas o de otros colores políticos, pero ha sabido defender su posición en otras oportunidades, es democracia y tenemos que aprender a soportarnos los unos a los otros, además sino hubiera oposición el gobierno haría lo que se le da la gana tal como lo hizo el reo Fujimori.
Un abrazo
Mike